Si estás leyendo este post, es probable que hayas experimentado en carne propia lo que es la lumbalgia. O quizás estés buscando información sobre este doloroso padecimiento que afecta a tantas personas a nivel mundial, para ayudar a un familiar o un amigo. Sea cual sea tu razón, estás en el lugar indicado para entender más sobre dicho malestar: qué es, cuáles son sus síntomas y qué tratamientos existen para aliviarlo.

Como verás, la lumbalgia, conocida comúnmente como dolor lumbar, es mucho más que una simple molestia en la espalda. Puede variar desde una incomodidad leve hasta un dolor intenso que limita nuestras actividades diarias.

Desde un mal movimiento hasta condiciones médicas más complejas, las causas del dolor lumbar son diversas y pueden afectar a cualquier persona, en cualquier etapa de la vida.

¿Qué es la lumbalgia y cuáles son los factores de riesgo?

Imagina despertarte una mañana con un dolor punzante en la parte baja de la espalda que te dificulta levantarte de la cama. Lamentablemente, esa es la realidad para muchas personas que sufren de lumbalgia. Este dolor puede ser resultado de diversas lesiones, afecciones o enfermedades que afectan los músculos o tendones de la espalda.

En general, la lumbalgia puede presentarse en diferentes grados de intensidad y afectar nuestras actividades cotidianas, como caminar, trabajar o incluso dormir. Más aún, se manifiesta de diversas formas: desde una simple distensión muscular hasta problemas más complejos como la artritis o lesiones en los discos vertebrales.

Afortunadamente, para la mayoría de las personas, el dolor lumbar mejora con el tiempo y diversos tratamientos, incluidos los prácticos como la terapia osteopática. Por supuesto, también coadyuvan el reposo y una medicación específica.

La lumbalgia no discrimina y afecta a personas de todas las edades y estilos de vida. De hecho, aproximadamente cuatro de cada cinco personas experimentarán dolor lumbar en algún momento de sus vidas, convirtiéndolo en una de las razones más comunes para requerir atención médica.

Existen diversos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar lumbalgia. Desde la edad hasta el peso corporal, pasando por el estilo de vida y la salud general. Específicamente, quienes llevan un estilo de vida sedentario, no cuidan su alimentación, realizan trabajos que impliquen agacharse, levantar y trasladar cargas pesadas, son propensos a esta dolencia. De igual manera, pueden sufrirla personas con músculos abdominales débiles o problemas estructurales como la escoliosis o con antecedentes familiares de osteoartritis y ciertos tipos de cáncer.

Síntomas y causas de la lumbalgia

Los síntomas de la lumbalgia pueden manifestarse de diferentes maneras y variar en intensidad. En ocasiones, se manifiesta con un dolor agudo, una sensación de rigidez o problemas de postura (quedar “torcido”).

Igualmente, es posible que sientas dificultad para moverte, enderezar la espalda o incluso levantarte de una posición sentada. Los espasmos musculares pueden provocar un dolor extremo que dificulta incluso las actividades más simples, como estar de pie o caminar.

Por otro lado, el dolor lumbar puede surgir por una variedad de razones, incluyendo lesiones simples y afecciones más complejas que afectan la estructura y función de la columna vertebral. Algunas de las causas más comunes son:

  • Distensiones y esguinces. Levantar objetos pesados de forma incorrecta o realizar movimientos bruscos pueden provocar distensiones o esguinces en los músculos, tendones o ligamentos de la espalda.
  • Fracturas. Los huesos de la columna pueden fracturarse como resultado de accidentes, caídas o colisiones vehiculares, especialmente en personas con condiciones médicas como osteoporosis, que debilitan los huesos.
  • Hernias y problemas discales. Ciertamente, los discos intervertebrales pueden herniarse, desgarrarse o degenerarse con el tiempo, causando dolor al presionar los nervios o al perder su capacidad de amortiguación.
  • Problemas estructurales. Como dijimos, condiciones como la estenosis espinal, que consiste en una columna vertebral muy estrecha para la médula espinal, o la escoliosis, una curvatura anormal de la columna, pueden contribuir al dolor lumbar.
  • Artritis. Tanto la osteoartritis como la espondilitis anquilosante pueden afectar la columna vertebral, causando inflamación, rigidez y dolor.
  • Enfermedad. Tumores en la columna, infecciones y ciertas condiciones médicas, como cálculos renales o aneurismas aórticos, pueden generar dolor en la región lumbar.
  • Espondilolistesis. Esta condición se presenta cuando las vértebras se desplazan de su posición normal. La misma puede causar dolor lumbar que, en algunos casos, irradia hacia las piernas.

Diagnóstico y tratamiento de la lumbalgia

El diagnóstico preciso de la lumbalgia es crítico para determinar el tratamiento adecuado. Tu proveedor de atención médica realizará un examen físico y puede solicitar pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para evaluar la estructura de la columna y detectar cualquier anormalidad.

Además, pruebas como la electromiografía (EMG) pueden ser útiles para evaluar la función de los nervios y músculos. Mientras que los análisis de sangre u orina pueden proporcionar información adicional sobre posibles causas subyacentes.

Por otro lado, el tratamiento de la lumbalgia varía según la causa y la gravedad del dolor, pero generalmente incluye una combinación de enfoques conservadores y, en algunos casos, intervenciones más invasivas. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y relajantes musculares pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación.
  • Fisioterapia: Ejercicios específicos, terapia manual y técnicas de estiramiento pueden fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la flexibilidad y promover la recuperación.
  • Manipulación práctica: La osteopatía, quiropráctica y terapia de masaje pueden ser beneficiosas para aliviar el dolor y mejorar la función de la columna vertebral.
  • Inyecciones: Solo en ciertos casos es necesario inyectar cortisona directamente en el área afectada para reducir la inflamación y neutralizar el dolor temporalmente.
  • Cirugía: En casos graves o cuando otros tratamientos no han tenido éxito, la cirugía puede ser necesaria para corregir problemas estructurales o para aliviar la presión sobre los nervios.

La osteopatía como tratamiento para el dolor lumbar

En esencia, la osteopatía es un sistema de diagnóstico y tratamiento que se enfoca en las afecciones musculoesqueléticas, incluido el dolor lumbar. Se basa en la premisa de que la salud y el bienestar general dependen de que todas las estructuras del cuerpo trabajen en armonía. Con este enfoque holístico, los osteópatas utilizan terapias manuales para manipular y mover las articulaciones y los tejidos blandos con el objetivo de restaurar el equilibrio y la función óptima del cuerpo.

Para aquellos que sufren de lumbalgia persistente o que no mejoran con otros tratamientos, la osteopatía puede ofrecer una alternativa segura. En efecto, los osteópatas emplean una variedad de técnicas prácticas diseñadas para reducir el dolor, mejorar la movilidad de la columna vertebral, prevenir recurrencias y promover la recuperación a largo plazo.

Estos procedimientos incluyen:

  • Técnicas de tejidos blandos. Al aplicar presión directa sobre los tejidos blandos de la espalda, los osteópatas buscan reducir la tensión muscular y aliviar el dolor asociado con la lumbalgia.
  • Manipulación articular. Movimientos hábiles de las articulaciones a través de su rango de movimiento natural pueden mejorar la flexibilidad y aliviar la rigidez en la espalda baja.
  • Extensión. Estirar suavemente la columna vertebral también puede ayudar a aliviar la rigidez y mejorar la movilidad.
  • Manipulación. Mediante una acción de empuje rápido y controlado en puntos específicos de la columna, los osteópatas pueden liberar la tensión y restaurar la alineación adecuada de las estructuras vertebrales.

Además de estas técnicas principales, los osteópatas pueden emplear otras modalidades, como la técnica de energía muscular, la técnica funcional y el contraesfuerzo, para abordar de manera integral el dolor lumbar y sus causas subyacentes.

¿Padeces dolor lumbar? ¡Puedo ayudarte!

Si estás lidiando con dolor lumbar crónico o recurrente, considera consultar a un osteópata para explorar cómo este enfoque único puede ayudarte a recuperar tu calidad de vida y disfrutar de una espalda sana y libre de dolor.

En este sentido, puedo ayudarte. Soy Gregory Miralles, experto en osteopatía, kinesiología holística, quiromasaje deportivo, biodescodificación, TIPI y máster en psicosomática humanista, “método Gesret”.

En mis más de 19 años de experiencia clínica he ayudado a pacientes con diversos padecimientos, entre ellos la lumbalgia. ¡Contáctame para sesiones presenciales de osteopatía en Valencia y Castellón o mediante vídeollamada!